Washington, DC, 23 de octubre de 2012 (OPS/OMS).- Ante la dificultad de encontrar información basada en pruebas científicas para recomendar acciones sobre los determinantes sociales de la salud, expertos que participan del noveno Congreso Regional de Información en Ciencias de la Salud (CRICS9) recomendaron considerar técnicas alternativas como los ensayos controlados aleatorizados, la estratificación, la regresión múltiple y las variables instrumentales.
“Existen condiciones sociales, fuera de la atención médica y de la conducta personal que afectan la salud, que determinan que una persona esté en mejores condiciones de salud”, indicó Paula Braveman, directora del Centro de Disparidades Sociales de la Universidad de California. Y enumeró el trabajo, el nivel de ingresos, los logros educativos, además del medio ambiente donde una persona habita y trabaja, la posición social y la raza como “factores que van a influir en la salud”.
“Si tuve en un accidente de transito y perdí la movilidad de mis piernas podría seguir adelante porque soy una profesora universitaria, pero si fuera una empleada de un hotel no podría. Esa es una de las consecuencias sociales de la enfermedad”, ejemplificó Braveman durante su presentación sobre Cuando sabemos lo suficiente para recomendar acción sobre los determinantes sociales de la salud.
La directora del Centro de Disparidades Sociales de la Universidad de California consideró que puede faltar evidencia científica que vincule un acto social con una consecuencia para la salud, pero se puede contar con información de diferentes disciplinas, como los ensayos controlados aleatorizados que pueden dar buena información, consideró.
“Existen muchas técnicas para reducir la posibilidad de confusión y sesgo en la investigación, entre ellas la estratificación, la regresión múltiple y variables instrumentales”, enumeró Braveman. Y agregó que se necesita que los criterios sean rigurosos pero menos estrictos, que las políticas deben basarse en el mejor conocimiento disponible, pero teniendo en cuenta las fuentes de pruebas cualitativas, y tener un pensamiento critico para vincular las causas con las consecuencias en la salud.
Mejorar la situación de salud de las minorías raciales y étnicas
Para John Ruffin, director del Instituto Nacional de Salud para las Minorías y de las Disparidades en Salud de los Estados Unidos, “ahora es cuando sabemos lo suficiente para apalancar los determinantes sociales de la salud y las recomendaciones están ahí afuera”, indicó.
“Nuestra tarea es tratar de que las buenas recomendaciones que recibamos no se queden en un estante, pero hay que determinar las formas de ejecución y de puesta en práctica de esas recomendaciones y tenemos que convertirlas en una buena ciencia e institucionalizar los determinantes sociales”, afirmó ante los participantes del CRICS9, organizado por la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y su Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud (BIREME).
Ruffin contó que en 2008 su organización realizó una cumbre de la que participaron 5.000 personas y se debatieron los determinantes sociales. En las recomendaciones recogidas figuraba la realización y el apoyo a métodos de investigación comunitaria.
“Hay que poner el dinero donde está la palabra”, señaló y manifestó que ante la disponibilidad de fondos de estímulos se institucionalizaron las recomendaciones a través de su programa de investigación comunitaria participativo, a través del cual las organizaciones pueden solicitar fondos. Por otro lado, opinó que “cuando estudiamos la complejidad de los determinantes no hay un solo organismo que lo pueda abordar, sino que exige alianzas entre diversas instituciones”.
Desafíos para abordar los determinantes en México
Manuel Urbina, de la Academia Nacional de Medicina de México, presentó la experiencia de su país en la consulta sobre los determinantes sociales. “Motivar a los médicos a participar de esta cruzada nos va a llevar al menos una generación”, estimó.
“Diseñar políticas públicas es un escenario difícil y multideterminado” que “pocas veces toma en cuenta a los beneficiarios”, lamentó.
Para Urbina, hay una variable que es determinante y es el crecimiento poblacional. “Somos más de 7 mil millones de personas en el mundo, y este es un factor que deber ser tenido en cuenta”, porque, consideró, “este crecimiento nos va a complicar todo lo que queramos hacer”.
Para el representante de la Academia Nacional de Medicina de México, que en 2009 creó un Comité de Estudio en Determinantes Sociales, el desarrollo sostenible “juega un papel crucial” en este campo.
También desatacó la importancia de la educación, las disparidades en tecnología, la falta de inversión en investigación y la ausencia de fuentes de financiamiento específicas para abordar los determinantes sociales.
El efecto multiplicador de los Centros de Salud Comunitarios en los Estados Unidos
A su turno, el presidente del Instituto para Futuros Alternativos de los Estados Unidos, Clement Bezold, habló de la necesidad de acelerar el paso hacia la equidad sanitaria y destacó el papel de los Centros de Salud Comunitarios de su país para abordar la salud desde los determinantes sociales.
Los Centros se crearon en los años ’60 para tratar de eliminar la inequidad. Actualmente existen más de 1100 en los Estados Unidos que atienden a unas 20 millones de personas (7% de la población). “El 98% de los centros hace algún tipo de acción para apalancar los determinantes sociales”, indicó y enumeró actividades de alimentación saludable, empleo, actividad física, bienestar comunitario, educación para los adultos, entre otras.
Para Bezold, los proveedores de atención médica deben ser responsables de la salud de las comunidades donde trabajan. “Un centro médico centrado en el paciente es una de las soluciones”, opinó.
Por otro lado, consideró una serie de tendencias futuras que cambiarán la forma de vincularse con la atención sanitaria, entre ellas, la genómica, la zipcodemics (tiene en cuenta el código postal para conocer la comunidad donde habita la persona), el biomonitoreo personal y el mapeo comunitario.
“En un futuro cercano tendremos herramientas de biomonitoreo que nos permitirán ver nuestro propio perfil, nos dirán cómo funciona nuestro cuerpo y cómo preveer eventos críticos”, vaticinó el presidente del Instituto para Futuros Alternativos. Y agregó: “habrá formas baratas para leer esto que serán parte del sistema y salvarán vidas”.
Bezold subrayó que “el código postal es más importante que el código genético de las personas” y destacó que en los próximos años la cartografía comunitaria brindará información a nivel de cada cuadra de una comunidad, para conocer su composición ambiental y social, entre otras cosas, y definir políticas a partir de ella.
Lanzamiento de la Convocatoria para Innovación (Proyecto eSAC)
Andrea Cortinois, técnico de la Universidad de Toronto, lanzó la convocatoria para la presentación, hasta el 7 de diciembre de 2012, de resúmenes de proyectos de soluciones orientadas a la equidad y la resolución de problemas de salud pública basadas en el uso de TICs, en América Latina y el Caribe.
Se trata de una iniciativa del Proyecto eSAC (eSalud Pública y Equidad en América Latina y el Caribe) que está financiado por el International Development Research Centre (IDRC) y ejecutado conjuntamente por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el grupo de investigación Gente, Equidad en Salud e Innovación (Phi Group, por siglas en inglés) de la Universidad de Toronto.
Más información en: www.esacproyect.net